Piloña mima su patrimonio religioso

Es la colaboración de todos para hacer de un lugar de encuentro habitual un motivo de orgullo comunitario. Los vecinos de la localidad piloñesa de Cardes pueden estar contentos del resultado de las obras de rehabilitación de su ermita de la Visitación de Nuestra Señora que días atrás fueron inauguradas con una misa y un pincheo de confraternización y que sirvió para poner en valor la conclusión de una iniciativa en la que todos arrimaron el hombro desde el primer momento.

Aunque ya son muchos los años que los habitantes de Cardes llevan planteándose la posibilidad de efectuar mejoras en un templo cuyos orígenes datan del siglo XIII, según algunos expertos, no ha sido hasta este mismo año cuando esa vieja aspiración pudo convertirse en realidad para gran satisfacción, sobre todo, de los feligreses más veteranos del lugar.

Buena parte de la culpa de que esta empresa llegase a buen puerto la tienen los organizadores de la fiesta de San Antonio, patrón del pueblo piloñés, pues en los últimos tiempos han destinado parte del beneficio de sus actividades a contribuir a las mejoras llevadas a cabo en la ermita. A ello hay que sumar las contribuciones particulares de algunos parroquianos que no dudaron a aportar parte de sus ahorros para que la ermita de la Visitación fuese remozada.

Un lavado de cara de cinco meses que afecta a todo el templo y puede apreciarse nada más entrar por la puerta. La vieja portilla que aún preside la ermita será retirada próximamente y dará protagonismo al restaurado pórtico de madera que da acceso al templo. Este fue pintado completamente y reforzado tanto en su estructura como en su distribución y mobiliario, destacando la restauración de un cuadro con la imagen de cristo que preside lo alto del interior del inmueble.

Todo un motivo de celebración para un vecindario que dice ser consciente de la importancia que tiene el templo para el pueblo. «Estamos hablando de un edificio que tiene al menos 800 años y supone todo un orgullo para Cardes», comenta el vecino Tino Sierra, que considera vital el papel de la comisión de fiestas para que finalmente la ermita de la Visitación pueda presentar un aspecto acorde a su importancia histórica.

Logro en el que también fue clave el párroco encargado de la ermita, Alejandro Fuentevilla, que el jueves fue el encargado de oficiar una misa que también tenía cierto sabor a despedida, pues Fuentevilla será trasladado este mes al concejo de Tineo para hacerse cargo de 14 parroquias. «No me gusta hablar de despedidas», señala el párroco, mientras muestra con satisfacción el resultado de las obras, que serán recordadas como parte del legado resultante de su periodo al frente de la parroquia. Un logro al que hay que sumarle el de la rehabilitación integral de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, encabezada también por Fuentevilla y cuya inauguración tuvo lugar el pasado mes de junio.