El arte rupestre asturiano cuenta con el máximo nivel de
protección patrimonial, el que otorga la catalogación como Bien de
Interés Cultural (BIC). El pleno del Consejo de Patrimonio, celebrado el
viernes en Oviedo, le dio ese carácter a un grupo de siete cuevas y su
entorno en cuyo interior se conservan representaciones artísticas
prehistóricas. Es el final de un proceso largo que se inició en 2007 en
el marco de la tramitación ante la Unesco de la declaración como
Patromino Mundial de una serie de oquedades cantábricas, entre las que
se hallan cinco asturianas, y a través del que se buscaba la
consideración de BIC para un total de 48 cavidades y abrigos
paleolíticos del Principado.
Son ahora siete conjuntos los que adquieren esa
condición. Son los siguientes: Los Torneiros I y II y abrigo de Santo
Adriano, en el concejo del mismo nombre; del Conde en Santo Adriano; de
Entrefoces en Morcín; Samoreli y cuevas del Macizo de La Llera, en
Llanes, y las cueva de La Loja y Subores, en Peñamellera Baja.
La reunión, presidida por la consejera Ana González,
acordó otras declaraciones de BIC. Entre ellas, la del pozo San Luis de
La Nueva, en Langreo, considerado como «uno de los más destacados
ejemplos de la industrialización de los valles centrales de las cuencas
mineras», según la Consejería de Cultura. No ha obtenido esta
catalogación en cambio el pueblo de Fonteta, en Allande, ante el rechazo
de vecinos y ayuntamiento a la misma.
El Consejo de Patrimonio también acordó dar un informe
favorable a la delimitación del entorno de protección de la Fuente de
los Cuatro Caños de la Corredoria, en Oviedo, que ya es BIC desde 1993.
En todos estos casos, la tramitación ha terminado. En
otros muchos, se inicia. Eso sucede con cuatro castros del occidente
asturiano, Mohías (Coaña), Pendia (Boal), San Chuis (Allande) y Chao
Samartín (Salime), cuyos expedientes para ser BIC han empezado su camino
hacia el definitivo informe final. En el caso del Castro de Coaña, que
ya cuenta con esa clasificación, se ha acordado dotarle de entorno de
protección.
También se inican los trámites para la declaración de BIC
para el templo de Santa Cruz la Real de Caleao, en Caso, una iglesia
del siglo XVI. En idéntica situación, otro pozo minero, el Sotón, en San
Martín delRey Aurelio. A ambos se une el pueblo de San Esteban de los
Buitres, en Illano.
Se han iniciado también los trámites para incluir en el
inventario de Patrimonio Cultural de Asturias, el segundo nivel de
protección tras el BIC, para la iglesia de San Salvador de Moro, en
Ribadesella, la capilla de los Dolores en Nieves, en Caso, y el conjunto
de pinturas y grafitos del calabozo del edificio judicial de Cangas
del Narcea, realizados por presos durante la Guerra Civil.
En esta misma reunión se analizaron varias intervenciones
sobre el patrimonio pendientes. Se informó de la actuación de urgencia
que se realizó en una de las pinturas de la iglesia de San Miguel de
Lillo, en Oviedo. Otro monumento prerrománico, Santo Adriano de Tuñón,
requiere de intervención para paliar las humedades, lo que incluirá el
traslado del cementerio anexo y la ampliación del entorno del templo con
la incorporación de una parcela aledaña a fin de poder acondicionar el
entorno, realizar drenajes y reparar el solado y paramento. El
tratamiento de las pinturas murales queda relegado a una intervención
posterior.
Además, se abordaron los estudios preliminarres que se
están llevando a cabo en la Cámara Santa de la Catedral para acometer
una intervención en el Apostolado románico. Igualmente, se analizó un
proyecto de modificación de la actuación que se ejecuta para recuperar
la muralla de Grado.
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