lunes, 10 de septiembre de 2012

Seamos coherentes

Haciendo mención a su significado, el patrimonio cultural es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que ésta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras;  bienes y valores culturales que son expresión de la nacionalidad o identidad de un pueblo.

Y el por qué de esto, pues para que seamos coherentes con nuestros actos. Qué tiene de gracioso arrancarle las gafas a una estatua.... ¿Los 3.300 Euros de la restauración?....¿para qué quiere alguien el dedo de una "lloca"? ¿Para seguir invirtiendo dinero público en cosas que no tendrían porque ser ?.......En fin, aquí queda lo dicho para su reflexión.

La restauración de la estatua de Woody Allen cuesta 3.300 euros

 El Ayuntamiento de Oviedo ha encomendado la restauración de la escultura del cineasta Woody Allen, en la calle Milicias Nacionales, a la empresa Bronces Artísticos, S. L., que se compromete a llevarla a cabo en tres días y cobrará por su trabajo 3.300 euros.
La obra de Santarúa ha sido objeto de actos vandálicos en repetidas ocasiones, con la desaparición una y otra vez de sus distintivas gafas, sin las que permanece desde hace ya tiempo.
La Junta de Gobierno municipal aprobó ayer la adjudicación de su arreglo. La de Allen es una de las esculturas más fotografiadas de la ciudad, junto a la de La Regenta en la plaza de la Catedral y la popular «gorda» de Botero en la Escandalera. A los pies de la escultura hay una placa con algunas palabras dedicadas por el director de cine a Oviedo, ciudad que ha visitado en repetidas ocasiones y por la que ha manifestado su admiración. 


Se las ponen y a los pocos días aparece sin ellas. Lo de las gafas de la estatua de Woody Allen es recurrente, como lo es a estas alturas la foto de los turistas: mano sobre el hombro del cineasta y gafas de sol cubriéndole los ojos. Pero ayer, la reproducción del neoyorquino padeció otro asalto. Apareció cubierta de pintura roja.
 


Cultura solicita presupuesto a varios expertos restauradores para reparar 'La Lloca' 

 

«Se han solicitado ya varios presupuestos a expertos en restauración para reparar, cuanto antes, la mano de 'La Lloca'». Fuentes de la Concejalía de Cultura, que dirige Carlos Rubiera, aseguraron ayer a EL COMERCIO que el proceso para solventar la última agresión al popular 'Monumento a la madre del emigrante' «está ya en marcha».
Tal y como adelantó este periódico, la obra del artista cántabro Ramón Muriedas fue, una vez más, mutilado el pasado mes de agosto. Persona o personas desconocidas arrancaron a la figura el dedo corazón de la mano derecha. Según fuentes municipales, el protocolo para contratar la restauración será el mismo que en otras ocasiones, consistente en buscar la mejor oferta de las presentadas.

Las autoridades municipales se despertaron ayer con la noticia publicada en EL COMERCIO de que el 'Monumento a la madre del emigrante' había sido víctima de un acto vandálico. Uno o varios individuos arrancaron la semana pasada el dedo corazón de la mano derecha de 'La Lloca'. Así, la emblemática escultura requerirá una nueva restauración en un plazo que desde el Ayuntamiento esperan sea corto: «Se restaurará cuanto antes», anunciaron ayer fuentes oficiales.
Desde la Concejalía de Cultura, todavía no tenían decidido cuál sería el método por el que se repondría el dedo mutilado. En su última reparación, en 2004, esta escultura de bronce tuvo que cambiar su privilegiado lugar frente al mar en El Rinconín por las instalaciones de la empresa MC Conservación y Restauración. Allí renovó íntegro el armazón interno, reparó las grietas que presentaban los pies, reforzó la plancha sobre la que se asienta y recuperó los cuatro dedos que le faltaban ya a la misma mano derecha de nuevo mutilada.
En esta ocasión, fuentes municipales no prevén que sea necesario el traslado de la escultura. Al tratarse únicamente de la falta de un dedo, podría realizarse en un taller una réplica del arrancado y luego soldarlo in situ en la mano derecha de 'La Lloca'.
El 'Monumento a la madre del emigrante', obra del artista cántabro Ramón Muriedas (Villacarriedo, 1938), fue inaugurado el 18 de septiembre de 1970. La obra en homenaje a la madre que pierde de vista al hijo, en su emigración a las Américas desde El Musel, fue primero rechazada por los gijoneses -lo que le valdría los motes de 'Lloca' y 'Muyerona'-, pero con el devenir de los años acabó por convertirse en uno de los símbolos más queridos de la ciudad. No obstante, la escultura ha tenido una existencia llena de sobresaltos. No sólo ha tenido que hacer frente a numerosos actos vandálicos como el de la pasada semana. Una bomba de fabricación casera provocó su primera visita al taller en 1977. El salitre provocaría otras dos visitas en 1995 y 2004.

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