Un año más la restauración de la iglesia de San Salvador
de Moru da un paso hacia su conclusión. Esta misma semana daba comienzo
una nueva campaña de recuperación de los trabajos murales, a cargo de la
restauradora Natalia Díaz-Ordóñez Melgarejo, que está acompañada por un
equipo de cuatro becarias. Juntas estarán trabajando en lo que queda de
este templo semi ruinoso del siglo XIII hasta mediados del mes de
octubre. La intervención de este año se centrará en la finalización del
muro norte, donde se representa la imagen de la Última Cena.
A pesar de las dificultades iniciales, el colectivo
responsable de que todo este proceso de restauración esté en marcha
cuenta este año con financiación suficiente para amortizar esta nueva
intervención. La Asociación Cultural Iglesia de Moru celebra este año la
implicación del Ayuntamiento de Ribadesella, que contribuirá
económicamente con la restauración. Pero no son todo alegrías. «El
abandono por parte de la Consejería de Cultura hacia este tipo de
proyectos pone al Patrimonio asturiano en una situación de peligro
tremendo», opina la presidenta del colectivo, Ana Fernández. En 2011 se
dejaron de convocar las subvenciones para la restauración de bienes
históricos, con las que la Dirección General de Patrimonio Cultural
contribuía en iniciativas como la que se está llevando a cabo en la
parroquia de Moru. «La iglesia no es nuestra, pertenece al Patrimonio de
la Iglesia, pero los vecinos estamos poniendo mucho empeño en que esta
joya histórica no se pierda y sentimos mucho la falta de un apoyo
mínimo», declara Fernández. En cualquier caso, el colectivo tiene
intención de iniciar contacto con Cultura para, por lo menos, presentar
el proyecto.
No cuentan con el respaldo administrativo pero apoyos no
le faltan a esta actuación. A las aportaciones anuales de un total de
140 socios se suman cada año donaciones económicas de diversa índole,
además de las iniciativas que por su cuenta organiza el colectivo. Este
año, unido a la venta de lotería de navidad, se celebró un concierto del
Coro Santiaguín que supuso un éxito de recaudación. Por si esto fuera
poco, el próximo viernes se falla el premio Pueblo Ejemplar 2012 al que
esta asociación y su proyecto son aspirantes. «Sabemos que sería muy
complicado ganar, pues nuestros competidores son muy fuertes, pero nos
enorgullece que conozcan nuestra iniciativa y toda la implicación de los
vecinos», explica la presidenta.
Sin aspirar al cuantioso premio económico que permitiría
al colectivo vecinal concluir la restauración en dos o tres años, los
vecinos siguen adelante y celebran que, al menos el año que viene,
«prácticamente podemos ya garantiza que habrá un nuevo periodo de
restauración». Y es que, aunque sea paso a paso, «conseguiremos nuestro
propósito con un trabajo que es reconocido por cuantos conocen el
proyecto», señala Fernández.
Ajenos a este reconocimiento avanzan los trabajos en esta
nueva etapa. Díaz-Ordóñez Melgarejo asume ya su cuarta campaña en la
iglesia de Moru. Explica que en esta ocasión se trabajará sobre todo en
la limpieza de los muros, el amorterado de lagunas y grietas, la
consolidación de los morteros y la integración cromática a base de
tintas planas. Todo ello para intentar recuperar la mayor parte de estas
pinturas, tan dañadas por la humedad que inundó el templo una vez que
perdió una buena parte de su techumbre, durante la guerra civil. Las
cuatro colaboradoras -Montse Castells, Laura Aylagas, Olga Pariente y
Arantxa Sierra- reconocen que «aunque el trabajo no es fácil, es un
placer participar en este proyecto ya que la implicación de los vecinos
es admirable». Por delante, más de un mes de actividad que pretende
devolver, paso a paso, el esplendor a esta admirada iglesia.
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