viernes, 27 de septiembre de 2013

Los ladrones entran en Santa Cristina

Foto realizada por José Luis Sarralde
La guardesa del templo prerrománico acompañaba, ayer por la mañana, a los turistas de la primera visita del día. Se trataba de una pareja de Alemania que quería conocer la pequeña iglesia de Santa Cristina de Lena. Al acercarse, María Inés Faes, comprobó que algo no iba bien: «La puerta estaba abierta». Tras colocarse a la altura de la entrada pudo observar en detalle que había sido reventada con una palanca. Entró rápidamente para comprobar qué se habían llevado y, sobre todo, si habían causado algún daño al templo, que fue construido en el siglo IX. «Se llevaron el cáliz, la patena, la vinajera, una bandejita y el foco para iluminar el interior para los visitantes», detallaba. Pero el susto no se lo quitó nadie y rápidamente dio aviso al párroco encargado, el de Villallana, y a la Guardia Civil de Pola.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron agentes de la Policía Judicial de la Benemérita en busca de indicios que puedan aclarar la autoría del robo. «Nada, solo sabemos que sucedió en la madrugada de ayer», decía la guardesa en referencia a la noche del miércoles al jueves. «Éste es un sitio apartado, nadie pudo ver nada». Se sabe que entraron y que fueron directamente al armario que guarda los utensilios de la liturgia. «Yo creo que sabían que aquí había algo, el cáliz es dorado y puede parecer valioso. Alguna vez, en alguna misa, lo vieron y pensaron que podría tener algún tipo de valor».
Pero no lo tiene. El párroco responsable, Bernardino Fernández Barbón, explicó que «en Santa Cristina se celebran muy pocas misas a lo largo del año: en fiestas -el último domingo de julio- y alguna boda, por lo que no tiene mucho sentido guardar allí un cáliz o algo de valor que se pueda robar». El cura recuerda que no es la primera vez que asaltan el templo: «Ya lo hicieron hace unos diez años y buscaban alguna limosna que quedaría dentro. En mi zona, ya es la cuarta vez que tengo que acudir a la llamada de un robo en una iglesia, es algo que parece que se está extendiendo», añadió el sacerdote.
No obstante, a pesar de que el asalto no generó pérdidas de valor -la puerta ya estaba arreglada por la tarde-, este tipo de actuaciones sí que generan temor. «Hay que señalar que han asaltado una joya del Prerrománico asturiano. De valor, dentro, había poco, pero el edificio en sí ya es valioso». Por eso, Fernández Barbón no se quería imaginar «si alguna vez entra algún desaprensivo y se dedica a causar destrozos en el interior o a romper la imagen de la Virgen».
Vigilancia necesaria
El sacerdote indicó que interpuso ayer por la mañana la correspondiente denuncia en la Guardia Civil. También afirmó que informó de los hechos al Arzobispado y a la Consejería de Cultura. El templo está apartado de cualquier población y eso es un problema en cuanto a la vigilancia se refiere. «La iglesia está completamente aislada y habrá que plantearse aumentar la vigilancia en la zona».
Entiende como una buena solución «no muy cara» y factible, desde el punto de vista técnico, la instalación de alguna cámara de seguridad, que no solo controle el perímetro y el acceso al templo, sino que disuada a los delincuentes de cometer cualquier tipo de fechoría en el interior del inmueble.
«Hay que proteger este patrimonio porque es valiosísimo, tanto por su riqueza artística como por la arquitectónica», instó Fernández Barbón. La iglesia, de hecho, fue catalogada como Monumento Histórico Artístico en 1885 y la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1985. Es uno de los elementos representativos del Prerrománico en la región junto con San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco y San Julián de los Prados en Oviedo.

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