Entrevista realizada a Margarita Fernández Mier con motivo de su
participación en el ciclo de conferencias “Historia, Arqueología y
Folclore de Santu Adrianu”, organizado por nuestra Asociación (G. SALAS,
Mónica, “En Asturias quedan aún muchos yacimientos por investigar”, en La Nueva España, 20/02/2013, p. 13).
“Hay abundante documentación sobre el Prerrománico, pero muy poca de las sociedades que había detrás”
Margarita Fernández Mier
(7 de enero de 1966, San Claudio, Oviedo), profesora titular de
Historia Medieval de la Universidad de León, participó en el ciclo de
conferencias que viene desarrollando ya desde noviembre, en el Sabil, la
asociación cultural «La Ponte» sobre la historia, la arqueología y la
etnografía de Santo Adriano. A su juicio, queda mucho por hacer,
arqueológicamente hablando, en la región.
-La conferencia en la que intervino lleva por título la siguiente
pregunta: “¿Estudiamos las piedras o las personas?” ¿Qué es, entonces,
la arqueología?
-La arqueología, en un principio, comenzó estudiando los restos
materiales, pero en los últimos años se ha producido un cambio
importante que ha hecho que esta ciencia se ocupe también de las
sociedades que hay detrás de los yacimientos arqueológicos. La razón por
la que hemos decidido titular así la charla se debe a que hay mucha
documentación escrita sobre el Prerrománico asturiano,
pero siempre ligada a su arquitectura, al aspecto más artístico, y muy
poco sobre las personas que construyeron esos edificios. Ese estudio de
las sociedades antiguas es muy importante, ya que nos explica lo que
somos hoy en día.
-¿Cómo llevan a cabo este tipo de investigaciones?
Lo primero que hay que hacer es una lectura distinta de estos
edificios, centrándonos, por ejemplo, en el sistema productivo de la
piedra. De esta manera podemos llegar a conocer si los que intervinieron
en la construcción del edificio eran especialistas o no, si eran
albañiles o se trataba de una mano de obra más compleja… Se trata de
analizar las sociedades campesinas de aquella época por medio de
investigaciones arqueológicas en los pueblos que tienen un origen
medieval. En Santo Adriano, por ejemplo, estamos haciendo investigaciones en la zona de Villanueva,
con el objetivo de intentar comprender el origen de la época medieval y
todos los procesos que están relacionados con estos pueblos.
-¿En qué contexto social se construyó la iglesia prerrománica de Santo Adriano de Tuñón?
-Este templo fue fundado por el último rey de la Monarquía
asturiana, Alfonso TII, en el siglo IX. Sin embargo, para la
construcción de es ta iglesia se emplearon recursos del entorno. Con
respecto al contexto social en el que se erigió la iglesia, hay que
decir que se trataba de una sociedad cmnpesina, cuya población se
encontraba, antes de su construcción, dispersa. Sin embargo, cuando la
Monarquía decide crear el templo, la sociedad del concejo sufre un
proceso de reestructuración. Asimismo, los procesos productivos del
entorno se reorganizan, lo cual genera también una transformación del
paisaje de Santo Adriano sobre los siglos X y XI. Esta iglesia
constituye un claro ejemplo de cómo el poder señorial llega a
transformar el entorno al satisfacer sus propios intereses.
-¿Por qué cree que la iglesia de Santo Adriano de Tuñón es tan poco
conocida en comparación con otros templos prerrománicos asturianos?
Porque esta iglesia pertenece a lo que en términos arqueológicos se
conoce como Prerrománico rural. Es decir, es un templo con una
arquitectura menos espectacular desde el punto de vista artístico que
otros, como pueden ser San Miguel del Lillo o Santa María del Naranco.
No hay grandes escultores ni tampoco grandes pintores. Cumple, por
tanto, una función diferente, rural, pero que desde mi punto de vista
hace que este tipo de iglesias resulten más vivas, al estar abiertas al
culto. Sin embargo, Santa María del Naranco es, a mi parecer, una
iglesia más fría, que atiende sólo al aspecto arquitectónico. Y aparte
de todo esto, hay que tener en cuenta que San Miguel del Lillo o Santa
María del Naranco están en Oviedo y, por tanto, la promoción turística
que se hace de estos templos es mucho mayor que la que se puede hacer de
la iglesia de Santo Adriano.
-El año pasado, con motivo de las Jornadas de arqueología y patrimonio en Belmonte de Miranda, estuvo realizando excavaciones en la aldea de Vigaña. ¿Qué descubrieron en esa zona?
-Sí, intervinimos en diferentes puntos de la aldea de Vigaña y
descubrimos que posiblemente hubiera una ocupación romana. También
investigamos en el castro y sus alrededores, donde hubo una ocupación
perteneciente a la segunda edad del Hierro, entre antes y después de
Cristo. Y luego también estuvimos estudiando las zonas de cultivo, que
normalmente no suelen ser objeto de investigación, ya que no son
considerados yacimientos arqueológicos, pero que a nosotros nos están
aportando una información muy interesante sobre cómo se ha ido gestando
el paisaje asturiano a lo largo del tiempo. Nuestro objetivo no es sólo
ver los sitios donde vivía la gente, sino también el paisaje, y así
poder reconstruir la historia de este “paisaje natural” que siempre
vendemos de Asturias.
-¿Queda todavía mucho por descubrir desde el punto de vista?
-Queda prácticamente todo. En el valle del Trubia y Pigüeña hay
muchos yacimientos arqueológicos aún sin investigar. De hecho, en la
zona de Pigüeña debe ser la primera o segunda vez que se hacen
intervenciones de este tipo. Así que está todo por hacer y los primeros
pasos que estamos dando nos están ofreciendo sorpresas bastante gratas.
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