El trabajo de este pintor del siglo XVIII, la «Asunción de Nuestra
Señora», presentaba numerosas grietas y sus colores habían perdido su
intensidad original. A esto le ha puesto remedio el restaurador Pablo
Klett. En su taller aún se encuentran los retratos de los cuatro padres
latinos de la Iglesia (San Ambrosio de Milán, San Agustín de Hipona, San
Jerónimo de Estridón y San Gregorio Magno) colocados en cada una de las
pechinas de la cúpula sobre unos marcos barrocos dorados.
Otro punto donde se ha desarrollado esta fase de la rehabilitación de la Catedral, que ha contado con un presupuesto de unos 425.000 euros -que no incluyen las obras que ha financiado directamente el templo- se ha centrado en el saneamiento de la girola. Los operarios han limpiado los sillares, mejorado las bajantes que dan salida al agua de la lluvia y han procedido a la colocación de ventanas nuevas. Porque la humedad y las filtraciones de agua eran unos de los problemas más acuciantes de esta parte de la Catedral. Y es que en la girola se sitúa el retablo del altar mayor, que ha sufrido los efectos del agua.
Precisamente, ahora que se supone que la humedad y el agua han sido erradicadas del interior del edificio, la restauración de los retablos en uno de los anhelos del deán. En su mente bulle la intención de conseguir uno o varios mecenas, fundamentalmente empresas, que se hagan cargo del coste de las reparaciones necesarias para que el retablo principal también recupere su esplendor.
Otro punto donde se ha desarrollado esta fase de la rehabilitación de la Catedral, que ha contado con un presupuesto de unos 425.000 euros -que no incluyen las obras que ha financiado directamente el templo- se ha centrado en el saneamiento de la girola. Los operarios han limpiado los sillares, mejorado las bajantes que dan salida al agua de la lluvia y han procedido a la colocación de ventanas nuevas. Porque la humedad y las filtraciones de agua eran unos de los problemas más acuciantes de esta parte de la Catedral. Y es que en la girola se sitúa el retablo del altar mayor, que ha sufrido los efectos del agua.
Precisamente, ahora que se supone que la humedad y el agua han sido erradicadas del interior del edificio, la restauración de los retablos en uno de los anhelos del deán. En su mente bulle la intención de conseguir uno o varios mecenas, fundamentalmente empresas, que se hagan cargo del coste de las reparaciones necesarias para que el retablo principal también recupere su esplendor.
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