La Catedral lucirá hoy a
partir de las once de la mañana su mejor cara para presentar el
resultado de las obras de rehabilitación a las que algunas de sus joyas
han sido sometidas a lo largo de este año. El saneamiento de la girola,
la restauración de las pinturas de Francisco Martínez Bustamante en la
sacristía y la limpieza de las portadas góticas de la Cámara Santa son
algunos de las intervenciones que hoy serán presentadas durante un acto
que será presidido por Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. El
montante total de la obra, que corresponde a las intervenciones 18 y 20
del plan director de la Catedral, ascendió a más de 616.000 euros, y fue
dirigida por los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca.
El grueso de esta inversión, financiada en gran parte por el Ministerio de Cultura, se lo llevó la adecuación de la girola. Los trabajos, que arrancaron el pasado mes de enero, se centraron el la limpieza de las fachadas exteriores. También se procedió a la restauración del tambor de la cúpula de la sacristía y al cambio de los ventanales para acabar con el problema de las humedades que desde hace años afectan a parte del templo. Las obras de saneamiento de esta zona de la Catedral se han completado con la restauración de las pinturas de Francisco de Bustamante. La «Asunción de Nuestra Señora», que data del siglo XVIII, presentaba numerosas grietas, y sus colores habían perdido su intensidad original. Además, la Catedral financió por su cuenta la restauración, que ha corrido a cargo de Pablo Klett, de los retratos de los cuatro padres latinos de la Iglesia (San Ambrosio de Milán, San Agustín de Hipona, San Jerónimo de Estridón y San Gregorio Magno), situados en las pechinas de la cúpula.
Otra de las actuaciones de calado se ha centrado en la capilla de la Virgen de Covadonga. La intervención se centró en sustituir el retablo neobarroco de 1954, muy dañado, y dejar al descubierto el muro de la torre de San Miguel que había tras él. Para que los visitantes puedan admirar el muro altomedieval perteneciente a los restos de la primera torre que tuvo la Catedral se ha separado unos centímetros de la pared el altar. Además, se ha dotado a la capilla con una nueva iluminación y se ha protegido con una urna blindada el cofre que contiene las reliquias de San Melchor.
Otra de las actuaciones se ha centrado en la antesala de la Cámara Santa. En una primera fase las obras de mejora se han centrado en la limpieza de la sala, en la cripta de Santa Leocadia y en la restauración de la portadas góticas de acceso a la Cámara Santa.
Al plan director de la Catedral de Oviedo aún le queda un importante recorrido, aunque los recortes presupuestarios harán difícil que puedan producirse grandes avances en los próximos años. El anhelo principal del cabildo que preside Benito Gallego es el de entrar a fondo en la Cámara Santa, remozar su interior y reubicar las cruces y las reliquias que contiene, y dotarla de una nueva estructura para conservar el Santo Sudario.
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